jueves, 26 de octubre de 2023

Último recurso

Inadecuado lápiz por domesticar,

una penuria de las puertas vacías

de un cantero. Desde lo que hay,

mientras la cordura busca un rubro.

Múltiples vinos al sol que grita

otro silencio más pobre y comprensivo,

tan despacio en un letargo

de sopa deliciosa y un canturreo

arrinconado. Fresca nube por persiana


y la senda que no sigo

para que el viento no derrumbe

los ojos sin asombro de un estar.

La utopía renguea por carriles masivos. 



Gotas de la lluvia

Por amor se vive y se desvive,

incluso en las canciones.


Nunca el vacío de las olas,

podrá salpicar los pensamientos

ilimitados de Dios.

Mis gotas gritan una pausa,

mirando el sufrimiento.

No se oye nada en la calma que queremos. 




Desasosiego

Un peregrinar de ojos agobiados,

un suspenderse de auxilios en la velocidad

y en la frente, una trama de resignaciones.

Nos oscurecieron plegados a un reducto.

Innominados aún, pretensión poética

al ciudadano río en la piedra,

habitados por el sopor y las marcas

recurrente no-palabra esta sola mano.

A la incertidumbre se abre el mundo


que ya no entiendo. Cabe en tu cuerpo

si ya no reclama. Dejarlo estar

de hecho sin mirarlo para no cuestionarte.

Estaré muerto cuando todas las preguntas

se hayan ido. Tacho en este mar

que nunca veo.  



  

miércoles, 18 de octubre de 2023

Torpezas

La tarde enlutada por un sol discreto,

contiene la delicadeza

de la quietud absoluta.

Ya es una leve sombra de atrevimiento,

este descaro en la penumbra.

Imperfecto roce que traía

la calma perdida en su belleza.

La naturaleza no hace intentos

para reproducir las flores.


Lavada oscuridad que omite

los ecos todos del artificio.

Y ni hablar de las ansias

que no enmudezco

en esta ausencia vertical

de reflejarte los pies.




Exilio

   Cuando aquel niño entendió que la sangre también es refugio, las cicatrices tenían casi cincuenta años. 



miércoles, 11 de octubre de 2023

Desmesuras

Tallos feraces la sobre-exigencia.

Arde el sol menos películas.

Palabras de recién sin escritorio.

Nunca el aire me preguntó la hora.

En esta fiebre que  no remite.

Sin paliativos brindando el viento.

Más tanto tiempo entre naufragios.

Mismo repetido sonido lejos gripe general.

Alguna maldición me colmó de infiernos.


Acidez desolación, falto de todo

no se va el dolor. Levantar el brazo

entre la exageración de las olas.







  

miércoles, 4 de octubre de 2023

Contemplación

Nociva irradiación nos tumba en la fragancia.

Así pasan los desplazamientos

caídos de la consideración

que no verán este arrebato de impotencia.

También es una flor desprotegida

de la tierra. Máscara de barro, en otra

invisible latitud. Suena muy despacio

el permanente verbo de una contención.

Gana el día en letanías lejanas


y sabe el cielo su derrame

más allá de lo que rompe. Irrumpiendo

por la apoteosis de otra fuerza sin decir.




 

Fuera de moda

Desvencijada cobertura de la mayoría atónita,

pendiente de un hilo más requiebros

para este ruido maltrecho

que gotea en las esquinas de la fiebre

que pasó. Un cardumen ofreciendo

desde lejos, la ilusión más recóndita

de los pies que no medían

ningún impacto oscuro de la fauna.

Porque nunca un dique se llevó el atardecer.


El hundimiento de los barcos

trajo a flote tu mirada.



   

Clarividencia

Mal de mal sin energía.

Agua estancada de la miseria.

Metáfora que me hiciste mal

y sin embargo te frecuento.

Si el viento no ruge,

al menos las puertas no se golpean.

Abnegado en la belleza

de la flor que no se explica,

volveré a cerrar los ojos  de la duda.


Una ínfima lágrima

forma toda la piel,

entre la sangre sin derramar

y una reacción del sol que no se fuga.



 

Contingencias

Escasean las medias y mi noche triste

igual sonríe. Cosas de los siglos.

Por amor se mata y se muere,

sólo en las canciones.

Con mi más paciencia que sala de hospital.

A prótesis apretadas, resisto.

Qué lija cada cual su camino.

Por sobre los cristales empañados

del terco revisionismo,


pienso nada más que tendría

que limpiar los vidrios

de mi ventana. Hay vida

más allá del blog. Esta pasantía

que me auto impuse, quizás

le sirva al dispositivo casi

desamparado. Apretujadas sílabas

del entuerto que mira rajaduras

en el acordeón desafinado de esta espera.