Desasosiego
Un peregrinar de ojos agobiados,
un suspenderse de auxilios en la velocidad
y en la frente, una trama de resignaciones.
Nos oscurecieron plegados a un reducto.
Innominados aún, pretensión poética
al ciudadano río en la piedra,
habitados por el sopor y las marcas
recurrente no-palabra esta sola mano.
A la incertidumbre se abre el mundo
que ya no entiendo. Cabe en tu cuerpo
si ya no reclama. Dejarlo estar
de hecho sin mirarlo para no cuestionarte.
Estaré muerto cuando todas las preguntas
se hayan ido. Tacho en este mar
que nunca veo.
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