Entidad del amor

 No te confundas,

el amor no conoce distancias,

no sabe de ripios

ni de hondonadas.

Tampoco descansa,

está velando tu sueño,

investiga las demoras

sin pensarlo

y sostiene todos los vientos

librándolos a cada aire.

No, no te equivoques,

él vive por sobre todos los tiempos

y ni siquiera se ofusca

y mucho menos se resiente

por la ausencia.

Incluso se desentiende

de cualquier romanticismo

y perdura

( créelo, no te pierdas)

siempre perdura.

Tiene tantas vestiduras

como piel tiene el mundo

y hasta el espíritu de la posesión

se entrega dichoso

a su verbo sin cetro ni ley.

Puercoespín

 

Detalle

 Las manos en la taza

de tu desayuno.

"Tu perfume de novia en el recuerdo"

El tango es "ajeno",

aquella fragancia no.

Todo el tiempo se movió

como apenas un ratito.

Dos vidas y media

en mis delirios de luz

por el aire enrarecido

más reciente que una asfixia

me tiemblan pájaros 

en los pies

y ahora un cielo en horizonte

riega en parte lo marchito.

Me fui de mambo

en los inviernos

que pensaba sin querer

y casi ya no me pregunto

adonde van las horas sin relojes.

Incondicionalidad del verbo

Falta mi voz

en un cuento dormido.

La más imprecisa

de las impresiones

robándome el ahora

que sin embargo

es todo calma

en la tutela más celeste

del poema.

Hay un jardín siniestro

en el recuerdo de las tinieblas

y una perfección

sin lugar

en el sitio de la piel.

Vimos además

oscuros árboles lejanos.

Dos versos que decían

efímero el dolor (que sea)

la rabia

frustraciones

desesperación

incertidumbre

cesura no sabida

y ausencia de la ausencia del humor.

Alguien

muy profundo (sin solemnidad)

canta su nombre.

Desengaños

 Mi vida de chango

más gurí que gurú

donde la franqueza

evita oscuridades.

"Desnutrido pero libre",

exagera Bukowski

y el sol

-que-siempre-sabe-más-

vuelve a callar

su entrega.

Así todos los vientos

ocurren

felices

bajo el yugo.

Se quedan afuera por privilegiados,

dice toda la hoquedad

de-una-risa-que-es-llanto

y hay martillos de madera 

aplastando las febriles milanesas

mentidas para tu luna.

Pandemia

   Cuando la esfera de la yema, fue rozada por el pequeño alfiler, aquel grito de cristal re definió los mundos.

Transcurrir

 Pozos de aire insolubles.

Rendijas de sol

en el trabajo de los días.

Techos quietos

en la música de ayer

viniendo

y el olor de las comidas.

Energía

 Mi corazón desacompasado

que acelerado palpita

en la irreflexiva cacofonía

y toda la cavilación

donde el polvo se oxida

para ni la sombra

de una mirada

porque al perderse

hacia todo un torbellino

de inocencia.

Y aún madurar milenios

de tanta sopa

que masticar las ansias

de más nada

porque cuando lo preciso

todo el viento se derrumba

herido de ironía

donde que cuando palpar

todavía la demencia

ausculta en una pluma el cielo.

Olas

 Porque la  tarde está sin rumbo

y crece

infatigable

la desgana.

Porque hay una capacidad

de amar

que perdí hace tiempo.

Porque soy casi por entero

lenguaje

pensamiento-mente-sonido.

Y desguaza en mi

los ruidos

este no entender.

La dicha cierta de ser nadie

también  evaporada

por la siempre noche

de mi soledad- flor de lino

Canto  en  silencio-sin  voz

y ruje

imaginario

el mar en la ventana.

Vacío

 Escribir para dispensarte

de todo  dolor.

Ni un Dios podría, corazón.

Tampoco el Diablo

entenderá su suerte.

Puedo refunfuñar

por toda la eternidad

que tu libertad

es mi esclavitud.

¿Y cuánto de cierto

hay  en la locura?

¡Cuánto desierto!

Como ir perdiendo

a cada instante

la conciencia de lo real.

  

Procesos naturales

 Las únicas pérdidas irreparables

son las muertes cruentas.

Todo lo demás

va y viene.

Algo leído no recuerdo ya

en que libro:

"habría que morirse

a los trece años".

Y también una frase

de una película:

"Si sobreviví a mi adolescencia

puedo sobrevivir a todo".

Además de inevitable

el dolor es inconstante.

Lo único absoluto es el amor.