sábado, 22 de julio de 2023

Imposiciones

Yunques de otras fraguas ríos de nombres no ya vistos

duerme la noche que ya fui misma corriente

 cuando mientras alguien asomarse al pliegue todavía

canta un desparpajo tímido torcida lluvia

ser de sed lo que nos queda sin la risa que tuvimos.

punto aparte sin cortar sueños donde estamos

dimensiones que la desesperación trae nublada

intentábamos correr las piernas del viento

porque los pulmones buscaban la avidez de un cielo.


Recrudecimiento ayer hoy masticar más sopa

de tanto afán apenas conseguimos los rescoldos

telas de araña roídas por dentro en la cabeza

percudida ropa nueva dejada para mí

nos bebe un mar la enorme madrugada roja

cuelga el tiempo en la mesura de la luna lejos

por desechos de fantasmas cayéndome a pedazos

hasta no ver llega todo el sentido de lo inútil

como un esfuerzo de sombras que el encierro destila.



 

domingo, 16 de julio de 2023

Adversidad

Pérdida es vuelve de todo el dolor

sin supersticiones disruptivas en color coloquial

taladros que olvidaron el detalle más ominoso

infranqueable presencia de un significado

palabras en las sílabas saturadas de zumbidos

roncados por praderas cerradas al acecho

para abrir un elemento sin alardes melindrosos

donde las veredas zozobraban tanto ruido de la rima

sin oxímoron ni humo remasterizado de la noche.


Nada que ver sobre los cables de la lluvia

solamente un sitio sin fronteras en principio

que es también final y recorrido y trance

después vinieron sin sospecha alguna forma de los techos

encabalgamiento despegado el día menos pensado hería

la intromisión perpetua cayéndose las puertas

sobradas mandíbulas de un grito que

dijo un documento imperceptible menos pulcro

aguas terrosas de la piel muy lejanas ya de lágrimas.



 

miércoles, 12 de julio de 2023

Objetividad

   Vetusto está distraído. Fue pisapapeles, goma de borrar, pata de silla y hasta reja de ventana.

   Piensa en cosificaciones y a veces intenta llevarlas a cabo. No puede hacerlo en su actual condición de hoja de plástico. De un color verde, brillante, intocada de rocío. Apariencia natural que la tierra no recubre, porque vive suspendida, colgando en el marco de una puerta. El viento apenas la mece y la indiferencia es su hábitat frecuente. Adorno vano que nadie nota. Invencible a los otoños, también el paso del tiempo la va cuajando, resquebrajando, a pesar de su elasticidad. Así se fueron cientos de años y Vetusto devino en picaporte. La manoseada prestancia de su estampa, sirve de vaivén y apertura de los vientos. Orgullo horizontal de ser uno y dos a la vez, nada lo retrae ni mucho menos lo inmuta el vasto conocimiento de los tactos. La dura fisonomía proyecta todavía una leve sombra en la puerta. No voy a extenderme en decir la cantidad de años que le duró esta entidad. Tantas cosas percibió, sintió y vio pasar que no cabrían en esta breve descripción de sus formas mutantes. Mejor contar que después fue correa de perro. De manipulación en manipulación, su fragilidad es inerme sólo en apariencia. Habitar cada día y a la misma hora, el cuello de un animal, es un destino como cualquier otro. Sacado, traído, colgado y descolgado, arrastrado por el suelo o por el fluir de su posición intermedia, en sus colores casi alegres, no hay sino una silenciosa forma de estar en el mundo. Sólo el tintinear de su terminación se hace oír cuando es paseado y llevado a sujetar las ansias de libertad ajenas.

   También fue jaula de canario. Escuchó extasiado el canto de las mañanas y los sonidos de la noche le quitaron todo herrumbre. El trapo que supo cubrirlo de las lluvias en el patio, impidió el óxido de las tardes grises. De contextura y hechura casi redonda, se sintió una extensión de su pasado de reja. El único pie sostenía la esbelta figura y lo inmutable de su materia era ahora arrogancia de estar parado frente al mundo. Inevitable fue el desplome que lo convirtió en un mouse. Reducción por ansias de movimiento, la irónica rueda sólo se deslizaba por intervención de otros. ¿Cuántas veces caviló Vetusto los gritos ya sin sentido que le prodigaban? "Manejate, chabon", "Fijáte, loco", "Avivate, hermano". Y así hasta el infinito. Plástico casi endeble de su cableado y corto transitar sobre cartones y papeles que remitieron su memoria hacia la existencia primera. Sobrevino su mutar en trapo de piso. Usado ahora para trasladar suciedades, se supo escurrido, mojado y retorcido hasta la extenuación y el desgaste. En hilachas fue menguando su razón de ser. Estropicios del recuerdo en universos desdichados. Útil en reconstrucciones aliadas de las tachaduras, terminó en la obviedad final de ser un lápiz. Destino último que quiso conformarlo, sin nostalgia ya, de alturas ni contexturas, soportadoras de pesos ciegos y abruptos y desconsiderados. Mimetizarse desde el suelo , enroscándose a una silla, le dio una dignidad ambivalente por diseminada y fragmentada. Siempre manipulado en su ontología más profunda, se dijo un eterno aburrimiento. Perdurabilidad de su malicia distante, podría contar otras crueldades, si acaso tuviera una voluntad propia y algún designio consciente. Apenas es movido por otros seres que a veces le dan lástima porque le ratifican la fugacidad del tiempo. Poco a poco, también irá diluyéndose su paso por este mundo y Vetusto no lo lamenta. Sigue con la atención difusa y para nada le preocupa que los milenios se le vengan encima. Auxiliar poco sutil de externos desconciertos, solamente se deja estar y no hay ya, ninguna inquietud que introduzca zozobra a cualquier cambio que le sobrevenga. Así pasa los días sin pena ni gloria ni sensibilidad que lo descoloque en su achique lerdo y paulatino. Hasta ser cenizas supondrán algunos o leves hebras medio imperceptibles de un viento impiadoso y helado, conjeturaran otros. No imagina él, su diminuta y final hechura de madera desgastada que acaso sea triturada y vuelva a modificarse en vaya uno a saber qué carnadura. En este su estado inmutable por desconocimiento, es probable que se sepa invencible por motivos deslindados de todo propio accionar. Probable, más no demostrable ni susceptible de ser confesado.



       

Percepciones

Redes vacías menos vacías pozos de aire

preceptos intangibles de las horas excomulgadas

debe ser la obsesión de los cristales

no aprendimos de los ríos su transcurrir por las represas

dicho así evitamos toda guillotina

la contención no acumula sentencias en el mármol

sólo una que no es percibo en razón del equilibrio

nublado en direcciones centro propio mi enemigo

más experto en hacer lo que nunca me conviene.


Aparte ya sin nostalgias margen breve tiempo muerto

se lamentan otros espectros de las rocas resbalando

evité los pies de distancias vulgares contenidos

de acá por todas partes ningún peso me sepulta

soy los contornos que escucho pasajeros de otras vías

duermevela de un barco sin velas que repite

lo indiferenciado tan oculto en todo lo que muestra

bajo el sol virtual una mañana primitiva donde

además quedaron los filtros que funcionan.



    

domingo, 9 de julio de 2023

Estoicos

Límpido cielo imperfecto caras en fila

tumbado a la orilla de mi voluntad

habrá un consuelo menos agrio después sin mañana

esta espera se despliega como un ciego entre las manos

la luz nunca está quieta y mi mente lo olvida

muchas alarmas presionaron las ventanas ahora

digo feliz el silencio en el deseo

para que los maratones cerebrales

vean también desde el pájaro la jaula.


Hay un derroche de luna en la belleza

importa un bienestar urgente de armonía

encuentro ya la eternidad latiendo frágil

condicionados por la suerte más el frío

nunca supe caerme por el guante de las sombras

y algo comprime la soledad en el desvelo

el aprecio vuelve nuestras pausas tus descaros

ya no desafío a las montañas menos impasibles

para tanta impertinencia otro verso en el  futuro.



  

  

domingo, 2 de julio de 2023

Desesperaciones

Vegetación de sonidos electrónicos donde

el tiempo me fuma tan despacio que vuela

porque me quedé sin sombra a nadie sigo

podría ser cualquier lugar la madrugada

para constatar la cara que tenía el desnivel

hacia todo da lo mismo incomprendido

más la inercia inoportuna dice cálido en palabras

generales abstracciones que se van por lo alienado

y un diluvio de pasos que no flotan.


Sensación de estar ausente con todo el cuerpo

la espalda rota que no cuelga de la piel

y un sinfín de pensamientos en los pómulos

que aumentan la otra visión de explayarse

por motivos impresentes conformados por demás

color de resistencia en la otra nube

que al decir verdad oculta los abismos:

cuando todo se murió yo vi nacer los timbres viejos

y un secreto de la noche que corría sin paraguas.