Terraplén de un cuento en lo inconcluso,
se demora el carnaval,
ciego de gallos de la infancia.
A la vera de los cielos,
todas las puertas temblaron mi caída.
Fui un incendio en el insomnio
y una alarma desde la conciencia,
clamando por la paz
de la levadura que no es risa devastada.
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