Neologismos criollos
Son tantos colectivos
en el olvido
y años por siempre
de andar a pie,
que todo vuelvo
a intercalar
menos la herrumbre
de la rutina
más por la silueta
de los libros que me volé.
¿Quién es quién
en este infierno?
Ok mai brader,
no es como turco en la neblina,
es como poeta en trámite.
Arreguar!
No podio maconia
no podio má con la vida.
Mirá que gracioso:
solo, de noche y amargado
ríe en mí
todavía
lo que de mí sonríe.
Siempre habrá palabras de peso,
libros por leer,
pensamientos por dilucidar
y extraños paraísos
que a nadie salvan.
¿Muerto en vida?
No le ha ido tan mal,
dicen que le dijo
Borges a Rulfo.
Nos queda por reiventar
el lenguaje depurado
de los sueños sin los sueños
ya soñados.
Como una pregunta
en la luz de la penumbra
absurda de jactancias
que esperar
en el sino del poema
otra vez y una vez más
hacia el viento sin pobrezas
de la alegría tan genuina
igual que olvidar
-absolutamente olvidar-
todo crecimiento.
¡Pataplún! del hambre
que yo tengo por saciar.
Y los infinitos buenos libros
que en esta tierra todavía
me contienen.
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