Páramos
La torpeza del dolor cambia de mano.
Quebranto y soledad, minerales.
Demasiadas pocas sirenas
y un espacio de estridencias aferradas
a los verdeados brazos de la noche.
Acumula adjetivos un cuaderno
para que la nada desajuste su presión.
Después brilla la luna de un suburbio
entre los motivos de alejarse.
Mínima sutileza de la flor silvestre,
soñábamos la calma de un delfín
falto de símbolos reflectores
y una remanente palabra de la selva.
Hacia la profundidad viaja algún pájaro
que ahora ya menos extensivo
descifra la continuidad
azul de cierto árbol.
Apenas la inocencia se cubre los destinos.
basado en "Príncipe y mendigo", Mark Twain.
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