Lago elemental
Laberintos de humo, flores del bien.
Gris parsimonia esperanza la mía,
revolotea una tarde de lluvia.
Entre nosotros el océano se fue de vacaciones.
Por todas partes enmudecen calendarios
y ya vimos nacer tantos tréboles
que la tierra se sumerge de naranjas.
Eso que yo me río del sistema
donde la irrigación perfuma un cactus.
Minotauro por arriba misma ducha.
Dando vuelta la cicatriz de un mapa
duermen los arroyos en la inquietud.
No habrá más jugo ni olvido,
tengo un apocalipsis que contarte
y para reír me duelen las cosquillas.
Habla el tiempo fracturado
en un sismo de la luna
y un loto que no alcanzo, abre su paciencia.
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