domingo, 11 de junio de 2023

Discurrir

Las horas ya no caen subterráneas

lo único que hace falta es habitarnos

merodea la ilusión de no estar

un espejo tiene la claridad de abandonarse.


El futuro desmoronado vuelve en si

un perfume se arroja desde el aire

el ruido es otra estatua vivificada

por la infancia musical de lo infrecuente.


Antes que los pentagramas se alejaran

 había  la premonición de los pájaros fervorosos

sin desafinar la naturaleza más simple


huele a mucho campo entre caballos

caído desplumado el tiempo  no concentra

y la abundancia no tiene asuntos irresueltos. 



basado en "Ciudad", Escher.


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