Ralentización
Un hilo sutil mueve esta mano.
Cuelgan dos ojos
sin figuración en el ánimo
lejano de un río.
Menos abstracto
trajina la ilusión de un árbol
y alguna memoria
en huesos que merodean
la fértil mañana
cegando la resignación
de los elefantes.
Pasan dos piernas
ensimismadas de invierno
y atardece el sol para después
la electricidad civilizada
de aquel huracán
en disgregadas hojas.
Se queda el mundo
aterrizado en la ruptura
donde vuelven a partir
los cuerpos sin los cuerpos.
Hay un final de nube en la vereda.
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