Domingo en si bemol
Ignoro el trazo del sonido
y hay lejanas siestas sumergidas,
ya la bruma tomó mi cuerpo
donde ahora el cielo
es un ladrido esporádico.
Descubro este velo robado
a lo robado sin delito:
un camino que se abre en dos
y la voz que amé
en tu reclamo.
Sin temor a la sidra amarga
del amor.
Pétalo de un arquetipo
que sabe callar
a diferencia de todas mis derivas.
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