domingo, 1 de enero de 2023

Redes

 No hay ningún caballero.

No hay ninguna armadura.

Es mustio y oscuro

y tiene sabor a aceite

requemado

el brindis de la nada

que a todo dice sí

que a todo sonríe

que a todo se acostumbra.


Excepto este sesgo

infantil que te guardo

tus ojos color miel

son mejores que el mar

y que toda filosofía.


Se que vas a estar

ahí

donde ni siquiera me pierdo

acaso para trasmutar

mi energía hecha

de palabras que amo

y detesto a la hora

en  que los sueños

me deshabitan

como un reguero

de muerte en muerte

por las nervaduras

de mi pánico.



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