Ahora el cuerpo
te ve
bajo un sinfín
de cosas sin cosas.
Nada de más
por lo menos
detrás de la tempestad inmensa.
Ojos sin ojos
en la sombra
de mi perdido corazón.
El camino imaginario
de tus manos que pensé
y a la vuelta de los años
esta estremecida flor.
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