sábado, 20 de diciembre de 2014

Ahora

Lecho de sueño,
la cama era un desbarajuste
y el sol
quemó mi sangre.

Nada más que un visionario
cruzó la fiebre
de esta flor
sin encontrarte.

Por detrás hay una pausa
que habita el tiempo
desquiciado de la ausencia.

Digo que al entrar
los años se disipan
y el mar llega hasta el río
exhausto en la verdad.



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