Medida
Juncos en el tiempo
precavidos ya sin trenes.
Viajan los minutos
en la cínica premura
de forzar las aguas quietas
y al oído del invierno
tropezó la duermevela.
Algo así
como un corte
en el espanto
de perfiles que insinúan
el equivocado ardor
tan súbito y temido.
Miro desde abajo
la benévola lluvia
donde ríen los pacientes
y un clamor
de ridículo organigrama
exclama ya
todo el sinsentido.
Libre es lo que viaja
hacia el valor sin arremetidas
y ahora un detenerse
frágil tiembla
de esporádicas figuras.
Lo que falta es siempre abismo
porque el verbo está poblado
de intrínsecas vertientes
y un día sin rupturas
se dice pleno
más allá de las palabras.
precavidos ya sin trenes.
Viajan los minutos
en la cínica premura
de forzar las aguas quietas
y al oído del invierno
tropezó la duermevela.
Algo así
como un corte
en el espanto
de perfiles que insinúan
el equivocado ardor
tan súbito y temido.
Miro desde abajo
la benévola lluvia
donde ríen los pacientes
y un clamor
de ridículo organigrama
exclama ya
todo el sinsentido.
Libre es lo que viaja
hacia el valor sin arremetidas
y ahora un detenerse
frágil tiembla
de esporádicas figuras.
Lo que falta es siempre abismo
porque el verbo está poblado
de intrínsecas vertientes
y un día sin rupturas
se dice pleno
más allá de las palabras.
basado ilustración sobre Jorge Newbery.
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