jueves, 4 de marzo de 2010

Cosas

Cae un rìo en la centella
del aire espùreo
casi como un designio
de lo muerto por la imagen
de la imagen.
Que sigue la distancia
febril
rondando en esa orilla
donde vuelven a partir
los peces de la noche.


Obsoleto descubrì
que el rencor no era silencio.
Tampoco hay un reproche
màs que toda la ausencia
de esta novedad.
Suena demasiado vacìo
aquel martillo inapelable.


Entonces
simplemente
se cayò a pedazos la vasija.


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