Angustia
Desde el hambre que golpea
hasta el hueco de los párpados
en la fiebre sin aire ni cristal
de mis manos que se miran
hay ajenas situaciones
llevándome a lo enorme
que disperso
clama un ruido.
El espejo está completamente en sepia
y los jirones de su regodeo
rebotan en la pérdida
que de la ciudad
hacen mis pasos.
Hay abandonos que se llaman
un constante sinsentido
y esperas que se aferran
al mudo estertor
de los labios imposibles.
Se que sólo diré algo nuevo
si puedo pulir las antiguas palabras de lo cotidiano.
hasta el hueco de los párpados
en la fiebre sin aire ni cristal
de mis manos que se miran
hay ajenas situaciones
llevándome a lo enorme
que disperso
clama un ruido.
El espejo está completamente en sepia
y los jirones de su regodeo
rebotan en la pérdida
que de la ciudad
hacen mis pasos.
Hay abandonos que se llaman
un constante sinsentido
y esperas que se aferran
al mudo estertor
de los labios imposibles.
Se que sólo diré algo nuevo
si puedo pulir las antiguas palabras de lo cotidiano.
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