Pez que por la boca muere
Se me vuelve el tiempo
En ese rincón de mi memoria
Donde se curvan las fotos
Los besos
Los ruidos y tu voz
No los distingo ya
Como interferencia en esa distancia
En esa distancia astronómica
Entre la oscuridad y la conciencia
Se acúa la conciencia
En su propia humillación
Y es mar petrificado
De peces de cartón
Mi debilidad absoluta
Entre el cuerpo que duele
Amnesia de mí
Y tu amor
Que mora en mi sepulcro
Como un niño huérfano
No sabe quién lo dejó ahí
Lluvia y silencio
Grito y espanto
De tu piel desgarrada
En la tierra
Bajo la tierra
Sobre la tierra
Y una nota muda
Y una letra no dicha
Tu boca por el pez
muere
Carolina
4 comentarios:
A dos voces Pablo... que bien saber que estás en compañía y que ha llegado tu "tiempo de abrazar".
Con alegría,
Laura.
Pd: a ver cuando te pasás por mis blogs y comentás algo!
y la poesìa que te pareciò?.
el silencio está más que satisfecho
Caro
A mi la poesía me pareció como lluvía. Iba leyendo y todo se inundaba, como humedad en nariz de niño resfriado.
Sigue lloviendo Pablo.
Saludos desde Quito!
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